Ayer eran las fiestas en Ilobasco, no supe hasta que llegué. Nunca he sido fan de las fiestas, sobre todo esas donde hay una de esas discomóvil con el DJ de mierda (y todos tienen la misma) que siempre dice las mismas frases como "¡¿Dónde están los del Barcelona?!" y así. Pero decidí ir porque no quería pasar en mi casa. Llegué a "la esquina" esa esquina donde siempre nos reunimos, eran como las siete de la noche, la fiesta empezaba a las nueve, ahí estaban varios amigos y otros que no les hablo tanto. Uno, el niño pendejo con dinero, andaba mota de esa "chuca" y se creía vergón por eso. Fuimos a unas gradas y roló un porro, mal por cierto. Regresamos a la esquina, llegaron otros y seguimos esperando. Fui de nuevo a las gradas, pero solo yo y el niño pendejo con dinero, él también estudia psicología, me sentía normal ya que esa mierda solo te dura un rato el efecto y no fumé mucho. Luego regresamos con los demás. Decidieron comprar guaro, fue de ese barato que tiene un olor y sabor de mierda. Empezamos a tomar mientras hablábamos mierdas, recordabamos pendejadas y eso.
Luego llegaron los dos mariguanos, de esos que solo pasan fumando y tomando, llegaron algo ebrios y pedísimos, estuve con ellos un rato, cuando están así son divertidísimos, uno pasó hablando de Led Zeppelin, Nirvana y Black Sabbath y el otro de otras pendejadas que los del barrio blah, blah, blah. No son pandilleros ni nada pero se llevan con ellos por la mota y eso. Empezó a llover y nos fuimos a la esquina con los demás. El niño pendejo sacó más mota chuca y fumamos más, estuvimos como una hora ahí. El mariguano que habló de música se quería ir pero el otro estaba clavadísimo diciendo "¡Las gotas, perro!", porque no encontraba unas gotas para los ojos, y las quería porque ahora tenía que hacer algo (quién sabe qué). El punto es que pasaron un rato hablando mierda uno diciendo "¡Las gotas, no me puedo ir sin las gotas!" y el otro "¡Me pelan la verga las gotas!". Al final se calmaron y cuando la lluvia no era fuerte nos fuimos. Compraron más alcohol y estuvimos un rato cerca de la fiesta esa.
Entramos a la fiesta y ahí estaban otros majes, unos de la escuela, otros conocidos y así. No me gusta bailar por eso no me gustan las fiestas, sobre todo por la música de mierda que ponen en esas mierdas, pero había tomado y es como si el alcohol durmiera esa voz racional que están en tu conciencia, superyó según Freud, y no te importara hacer pendejadas, como terminas bailando con una maje que no conoces. Luego todos se dispersan y te quedas con quien encuentres, te regalan cerveza, saludas a unos que conoces, otros que no recuerdas quiénes son, te encuentras a una excompañera que te invita a bailar y vuelves a moverte con esa música de mierda, pero no importa. ¡Gracias alcohol! (Nótese el sarcasmo, pero solo un poquito, ya que te ayuda a socialar porque te caen mejor las personas. Jijijí). No volví a ver a los mariguanos, saber qué pasó con ellos.
Luego va a tocar un grupo de música ranchera, norteña o de esas y ya, nos quedamos un rato antes de irnos. En la salida nos encontramos a otros que van por el mismo camino y nos vamos juntos, caminando por las calles solas de la ciudá, poco a poco van disminuyendo las personas y llegamos donde yo me quedaba. Me despedí y dijeron que fuera allá más seguido, les dije que sí y caminé hacia mi casa. Llegué con hambre, sudado o mojado por la lluvia, con olor a alcohol y cigarro. Comí y vi televisión un rato.
No son tan malas esas fiestas, pero no es algo que me guste hacer tan seguido. Tal vez vuelva para el carnaval.
domingo, 2 de septiembre de 2012
lunes, 13 de agosto de 2012
sábado, 11 de agosto de 2012
Empecemos
Debido al poco éxito (no, no es el meme cerote ese) que tuvo escribir cosas sobre mi en el otro blog (¿es blog aunque sea en Tumblr? No sé, no quiero averiguar. Yo le voy a decir blog. Joder.) pero debido a lo divertido que fue decidí escribirlas aquí, en este blog abandonado. Y qué buena razón tuve para abandonarlo, si las publicaciones son una mierda. ¿En qué estaba pensando cuando las escribí? (Al menos tenía buena ortografía.) Pero no las vos a borrar, no, ahí que queden para recordarme lo pendejo que era. Sigo siéndolo, pero creo que ya no tanto. Ya tengo diecinueve años. Pueden restregármelo en la cara, anden háganlo: ¡es su oportunidá!
Esto no será un diario ni sé con qué frecuencia voy a escribir algo, pero ojalá os guste. Uy. Pero volver aquí y ver cómo eras antes te hace pensar cómo cambian las personas. A mis quince años (esto no lo hice a los quince) no me veía escribiendo algo. No al Fabricio de esos tiempos solo le importaba salir a tomar con los amigos allá en el pueblo enfrente de un cementerio hijueputa teniendo cuidado para que nadie nos vea y llegar a la casa sin que se dieran cuenta mis papás. Mentiras. Dar una vuelta después de clases con los compañero y otras cosas que uno hace a esa edad. Ay, pero qué recuerdos. Pero ya cambié, ya no vivo allá en el pueblo (es ciudá pero la gente le dice pueblo), cambié de casa, de amigos (siempre los veo de vez en cuando, no a todos pero sí a algunos y unos han cambiado, otros siguen igual, otros peor; así es la vida), hasta cambiás de perspectiva: venir a la capital te hace madurar (o quizá solo es la edad) uy, sí, pero uno ya no es el de antes. Y ya no vuelves a serlo, sin importar que pases recordando esas cosas. Como cuando te reúnes con tus amigos y recuerdan las mismas historias, una y otra vez: ¿Qué no superan el pasado? No mamen.
Siento raro cuando las personas saben cosas de mí, por eso odio las preguntas personales, y sin embargo estoy escribiendo cosas de mí aquí. Así que si a usté, señor/a lector/a, le gusta lo que escribo no me comente que lo hace me hará sentir incómodo. No ande haciendo público este blog porque es, y es mejor así, para unos cuantos.
Quizá necesito una novia para hablar pendejadas en las madrugadas y aprovecharlas mejor. Como dice René Pérez Joglar (ese de Calle 13 pues): vamos a olernos las narices, beibe. O lo que dice Alejandro Sanz: A la primera persona que me ayude a salir de este infierno en el que yo mismo decidí vivir. Le regalo cualquier tarde pa' los dos. (Mejor madrugadas). Pero no, no soy así. Eso de ser cursi se lo dejo a otros. Mejor sigo con mi amor platónico hacia Zooey Deschanel y escuchar al Cuarteto de Nos. Porque Así Soy Yo. Ya les escribí poquito y se acabó el cigarro, voy a prender el incienso para que mi cuarto huela rico (jijijí). Váyanse a dormir.
Esto no será un diario ni sé con qué frecuencia voy a escribir algo, pero ojalá os guste. Uy. Pero volver aquí y ver cómo eras antes te hace pensar cómo cambian las personas. A mis quince años (esto no lo hice a los quince) no me veía escribiendo algo. No al Fabricio de esos tiempos solo le importaba salir a tomar con los amigos allá en el pueblo enfrente de un cementerio hijueputa teniendo cuidado para que nadie nos vea y llegar a la casa sin que se dieran cuenta mis papás. Mentiras. Dar una vuelta después de clases con los compañero y otras cosas que uno hace a esa edad. Ay, pero qué recuerdos. Pero ya cambié, ya no vivo allá en el pueblo (es ciudá pero la gente le dice pueblo), cambié de casa, de amigos (siempre los veo de vez en cuando, no a todos pero sí a algunos y unos han cambiado, otros siguen igual, otros peor; así es la vida), hasta cambiás de perspectiva: venir a la capital te hace madurar (o quizá solo es la edad) uy, sí, pero uno ya no es el de antes. Y ya no vuelves a serlo, sin importar que pases recordando esas cosas. Como cuando te reúnes con tus amigos y recuerdan las mismas historias, una y otra vez: ¿Qué no superan el pasado? No mamen.
Siento raro cuando las personas saben cosas de mí, por eso odio las preguntas personales, y sin embargo estoy escribiendo cosas de mí aquí. Así que si a usté, señor/a lector/a, le gusta lo que escribo no me comente que lo hace me hará sentir incómodo. No ande haciendo público este blog porque es, y es mejor así, para unos cuantos.
Quizá necesito una novia para hablar pendejadas en las madrugadas y aprovecharlas mejor. Como dice René Pérez Joglar (ese de Calle 13 pues): vamos a olernos las narices, beibe. O lo que dice Alejandro Sanz: A la primera persona que me ayude a salir de este infierno en el que yo mismo decidí vivir. Le regalo cualquier tarde pa' los dos. (Mejor madrugadas). Pero no, no soy así. Eso de ser cursi se lo dejo a otros. Mejor sigo con mi amor platónico hacia Zooey Deschanel y escuchar al Cuarteto de Nos. Porque Así Soy Yo. Ya les escribí poquito y se acabó el cigarro, voy a prender el incienso para que mi cuarto huela rico (jijijí). Váyanse a dormir.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)