—¿Y en esta mierda vas a desahogarte, putear a la gente, hacer catarsis? ¿O qué?
—Yo qué putas sé.
lunes, 13 de agosto de 2012
sábado, 11 de agosto de 2012
Empecemos
Debido al poco éxito (no, no es el meme cerote ese) que tuvo escribir cosas sobre mi en el otro blog (¿es blog aunque sea en Tumblr? No sé, no quiero averiguar. Yo le voy a decir blog. Joder.) pero debido a lo divertido que fue decidí escribirlas aquí, en este blog abandonado. Y qué buena razón tuve para abandonarlo, si las publicaciones son una mierda. ¿En qué estaba pensando cuando las escribí? (Al menos tenía buena ortografía.) Pero no las vos a borrar, no, ahí que queden para recordarme lo pendejo que era. Sigo siéndolo, pero creo que ya no tanto. Ya tengo diecinueve años. Pueden restregármelo en la cara, anden háganlo: ¡es su oportunidá!
Esto no será un diario ni sé con qué frecuencia voy a escribir algo, pero ojalá os guste. Uy. Pero volver aquí y ver cómo eras antes te hace pensar cómo cambian las personas. A mis quince años (esto no lo hice a los quince) no me veía escribiendo algo. No al Fabricio de esos tiempos solo le importaba salir a tomar con los amigos allá en el pueblo enfrente de un cementerio hijueputa teniendo cuidado para que nadie nos vea y llegar a la casa sin que se dieran cuenta mis papás. Mentiras. Dar una vuelta después de clases con los compañero y otras cosas que uno hace a esa edad. Ay, pero qué recuerdos. Pero ya cambié, ya no vivo allá en el pueblo (es ciudá pero la gente le dice pueblo), cambié de casa, de amigos (siempre los veo de vez en cuando, no a todos pero sí a algunos y unos han cambiado, otros siguen igual, otros peor; así es la vida), hasta cambiás de perspectiva: venir a la capital te hace madurar (o quizá solo es la edad) uy, sí, pero uno ya no es el de antes. Y ya no vuelves a serlo, sin importar que pases recordando esas cosas. Como cuando te reúnes con tus amigos y recuerdan las mismas historias, una y otra vez: ¿Qué no superan el pasado? No mamen.
Siento raro cuando las personas saben cosas de mí, por eso odio las preguntas personales, y sin embargo estoy escribiendo cosas de mí aquí. Así que si a usté, señor/a lector/a, le gusta lo que escribo no me comente que lo hace me hará sentir incómodo. No ande haciendo público este blog porque es, y es mejor así, para unos cuantos.
Quizá necesito una novia para hablar pendejadas en las madrugadas y aprovecharlas mejor. Como dice René Pérez Joglar (ese de Calle 13 pues): vamos a olernos las narices, beibe. O lo que dice Alejandro Sanz: A la primera persona que me ayude a salir de este infierno en el que yo mismo decidí vivir. Le regalo cualquier tarde pa' los dos. (Mejor madrugadas). Pero no, no soy así. Eso de ser cursi se lo dejo a otros. Mejor sigo con mi amor platónico hacia Zooey Deschanel y escuchar al Cuarteto de Nos. Porque Así Soy Yo. Ya les escribí poquito y se acabó el cigarro, voy a prender el incienso para que mi cuarto huela rico (jijijí). Váyanse a dormir.
Esto no será un diario ni sé con qué frecuencia voy a escribir algo, pero ojalá os guste. Uy. Pero volver aquí y ver cómo eras antes te hace pensar cómo cambian las personas. A mis quince años (esto no lo hice a los quince) no me veía escribiendo algo. No al Fabricio de esos tiempos solo le importaba salir a tomar con los amigos allá en el pueblo enfrente de un cementerio hijueputa teniendo cuidado para que nadie nos vea y llegar a la casa sin que se dieran cuenta mis papás. Mentiras. Dar una vuelta después de clases con los compañero y otras cosas que uno hace a esa edad. Ay, pero qué recuerdos. Pero ya cambié, ya no vivo allá en el pueblo (es ciudá pero la gente le dice pueblo), cambié de casa, de amigos (siempre los veo de vez en cuando, no a todos pero sí a algunos y unos han cambiado, otros siguen igual, otros peor; así es la vida), hasta cambiás de perspectiva: venir a la capital te hace madurar (o quizá solo es la edad) uy, sí, pero uno ya no es el de antes. Y ya no vuelves a serlo, sin importar que pases recordando esas cosas. Como cuando te reúnes con tus amigos y recuerdan las mismas historias, una y otra vez: ¿Qué no superan el pasado? No mamen.
Siento raro cuando las personas saben cosas de mí, por eso odio las preguntas personales, y sin embargo estoy escribiendo cosas de mí aquí. Así que si a usté, señor/a lector/a, le gusta lo que escribo no me comente que lo hace me hará sentir incómodo. No ande haciendo público este blog porque es, y es mejor así, para unos cuantos.
Quizá necesito una novia para hablar pendejadas en las madrugadas y aprovecharlas mejor. Como dice René Pérez Joglar (ese de Calle 13 pues): vamos a olernos las narices, beibe. O lo que dice Alejandro Sanz: A la primera persona que me ayude a salir de este infierno en el que yo mismo decidí vivir. Le regalo cualquier tarde pa' los dos. (Mejor madrugadas). Pero no, no soy así. Eso de ser cursi se lo dejo a otros. Mejor sigo con mi amor platónico hacia Zooey Deschanel y escuchar al Cuarteto de Nos. Porque Así Soy Yo. Ya les escribí poquito y se acabó el cigarro, voy a prender el incienso para que mi cuarto huela rico (jijijí). Váyanse a dormir.
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